Si te cuento

Como nunca en mi vida,
-inhalo- ahora ¡si! justo en este instante e reprimido tantas cosas que me salen del pecho,
me he confundido de la forma más estúpida,
y me he hecho responsable de auto destruirme esporádica mente como esos proyectos a los que les entregas mucho de tu tiempo, dinero y paz,
si paz,
lo que no tengo por estar metiendo mi vida en un maldito agujero negro de sentimiento por permitirme-exhalo- ser supuesta mente libre,
esa libertad que al probarla solo resuena lo preso que podemos estar a veces de nosotros mismos y reflejarlo en un conjunto de malas decisiones arrastrando los pies hasta tener llagas con sangre que marquen el camino -golpeo la mesa y bajo la mirada-,
para que todos sepan a donde llegar para buscar toda esa cloaca en la que te haz convertido,
porque aunque sé que se aprende de golpes díganme ¿hasta cuando?
-miro mi interlocutor con ganas de ser entendida-
¿Que es lo que estoy haciendo mal hasta la saciedad?
Y en mi mente solo resuena eso que juré no volver a intentar hasta que pueda hacerlo de forma definitiva...